jueves, 14 de noviembre de 2013

[Agregados] Jn.7:53; 8.1-11 El que esté libre de pecado arroje la primera piedra.



Citare la biblia versión purificada:

Juan 7:53 NVP  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío
Juan 8:1-11 NVP  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío  (2)  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío 
(3)  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío 
(4)  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío 
(5)  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío 
(6)  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío 
(7)  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío 
(8)  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío 
(9)  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío 
(10)  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío 
(11)  NTG omite este versículos por ser espurio y tardío

En algunas versiones bíblicas ni si quiera aparece estos versículos, otras solo lo tienen entre corchetes; como en el caso de la Reina Valera Actualizada 1989 entre muchas.
¿Qué dicen los comentaristas?

Biblia Textual 3ra Ed.
Jua_7:53 – Jua_8:11. El TR añade hasta 8:11 una tradición oral sobre el adulterio. En este pasaje, la evidencia de un origen que no pertenece al apóstol Juan es abrumadora. Está ausente en tan importantes y diversos mss. como Ƿ66 Ƿ75 א B, otros importantes códices y numerosos minúsculos. Los Códices A y Efraimi Rescriptus son defectuosos en esta parte del cuarto Evangelio, pero es muy probable que ninguno de ellos contuviera este pasaje, pues una cuidadosa medición evidencia insuficiente espacio para incluir la sección en las páginas que faltan junto con el resto del texto. El pasaje está igualmente ausente en las más antiguas versiones orientales y georgianas y en algunos mss. armenios antiguos. En occidente, el pasaje es omitido en la versión gótica y en varios manuscritos del texto Latino Antiguo. Ninguno de los padres de la Iglesia griega cita el pasaje hasta el s.XII (Eutimio Zigabenus), y esto para comentar, precisamente su ausencia de los más confiables manuscritos del NP. Cuando uno añade a este impresionante y diversificado listado de evidencias externas, la consideración de que tanto el estilo como el vocabulario de este pasaje difieren notablemente del resto del cuarto Evangelio (véase cualquier comentario crítico), interrumpiendo la secuencia entre 7:52 y 8:12ss., el argumento contra la autoría de Juan es conclusivo. Al mismo tiempo, la narrativa contiene evidencias de veracidad histórica, la cual, la convierte en una pieza de tradición oral que circuló en ciertas partes de la iglesia occidental y que fue subsecuentemente incorporada en varios manuscritos en diversos sitios. La mayoría de los copistas consideraron que interrumpiría menos la narrativa de Juan si fuera insertada después de 7:52, en tanto que otros la ubicaron después de Jua_7:36, o después de Jua_7:44, o después de Jua_21:25, o después de Luc_21:30. Igualmente significativo, es que en muchos de los mss. que contienen el pasaje, éste se halla marcado por asteriscos, lo cual indica que, aun cuando los escribas lo incluyeron, estaban conscientes de su falta de credenciales satisfactorias. En oportunidades, se ha dicho que fue extraído deliberadamente del cuarto Evangelio pues podía ser interpretado en un sentido demasiado indulgente hacia el adulterio. Sin embargo, aparte del hecho de una total ausencia de ejemplos de extracción de pasajes por motivos de prudencia moral, esta teoría falla en explicar por qué los tres vv. preliminares g 7:53–8:2, tan importantes y descriptivos del momento y lugar en que todos los discursos del c8 se expresaron, fueran omitidos con el resto.

La Nueva Biblia de los Hispanos
(1) Los vers. de 7:53 a 8:11, no aparecen en los mss. más antiguos

San Jeronimo NT
115 [AGRAFON: LA MUJER ADÚLTERA (7,53-8,11) ]. Este episodio no aparece en los ma­nuscritos del cuarto evangelio hasta el s III. A pesar de que llena un vacío, aportando un epi­sodio narrativo antes del discurso de 8,12-59, no presenta ninguna de las características pro­pias del estilo o la teología joánicos. Quien insertó el episodio en este lugar quizás preten­diera ilustrar 8,15, «Yo no quiero juzgar a nadie», y 8,46, «¿Quién de vosotros sería ca­paz de demostrar que yo he cometido peca­do?». El episodio es un «apotegma biográfico» en el que los oponentes de Jesús le tienden una «trampa» que éste debe superar mediante una palabra o acción que demuestre su sabiduría (p.ej., Mc 12,13-17, sobre el tributo debido al césar). El contexto presupone «la predicación diaria en el Templo» propia del ministerio de Jesús en Jerusalén según el evangelio de Lucas 20,1; 21,1.37; 22,53. Algunos de los manuscri­tos del NT presentan este mismo episodio a continuación de Lc 21,38. El tema del perdón ofrecido por Jesús a la mujer pecadora forma parte de la tradición específica de Lucas (p.ej., Lc 7,36-50; 8,2-3).

Dios Habla Hoy
x 7.53-8.11 Este relato falta en los mejores mss.; en algunos se encuentra en otros lugares. Parece haber sido una historia conservada primero en forma independiente y luego incluida en este lugar. La narración interrumpida en 7.52 continúa en 8.12.

Escrituras del Nombre Verdadero
[8] Estos versículos, desde capítulo 7:53 a capítulo 8:11, no se encuentran ni en la Peshitta, ni en los cuatro manuscritos griegos más antiguos.

Veamos que hasta el comentario evangélico.
Biblia Plenitud notas:
7 . 53 - 8 . 11 Se discute si este pasaje formaba parte del texto original del Evangelio de Juan. Sin embargo, existen algunas dudas de que el incidente haya realmente ocurrido. El motivo de los fariseos no era la pasión por la santidad, sino el deseo de tenderle una trampa a Jesús (v. 6).

La Biblia de Jerusalén 1998
7:53 Esta perícopa, 7:53—8:11, omitida por los testigos más antiguos (mss, versiones y Padres), y desplazada por otros, con estilo de colorido sinóptico, no puede ser del mismo San Juan. Pudiera atribuirse a San Lucas, ver Luc_21:38+. Su canonicidad, su carácter inspirado y su valor histórico están fuera de discusión.

Recobro
53(1) Muchos mss. antiguos omiten 7:53—8:11.

Mundo Hispano
Jesús perdona a la adúltera, 7:53—8:11

Existe un gran volumen de argumentos a favor y en contra de lo genuino de este pasaje y de la ubicación en el Evangelio de Juan de la historia de la mujer adúltera traída a Jesús. No aparece en los mss. más antiguos y, cuando luego aparece, se ubica en distintos lugares en el Evangelio: después del v. 36, después del v. 44 en este capítulo, al fin del Evangelio o al fin del Evangelio de Lucas. Por esta razón algunos comentaristas lo omiten por completo, Borchert lo ubica al fin del cap. 11, Morris lo asigna al apéndice de su comentario.

Plummer observa que, a pesar de las opiniones muy variadas sobre este pasaje, una cosa es cierta: todos están de acuerdo de que no estaba en el ms. original, ni procedió de la pluma del apóstol Juan. Los argumentos para apoyar este veredicto son varios y convincentes. No concuerda el estilo, el vocabulario, ni el tono con los escritos juaninos. Esta historia interrumpe el desarrollo del Evangelio, separando dos afirmaciones de Cristo que están relacionadas (ver 7:37, 38 con 8:12). Además de esta evidencia interna, existe abundante evidencia externa en contra de la aceptación de este pasaje como parte del Evangelio. Por ejemplo, el ms. más antiguo que incluye este pasaje es el uncial identificado con la letra “D” que data de los siglos V o VI, pero este tiene la fama de varios agregados no auténticos. Así, las evidencias interna y externa se unen para asegurarnos que este pasaje no estaba en el texto original.

Si esta historia no pertenece al Evangelio original de Juan, ¿cómo debemos tratarlo? La opinión de muchos comentaristas conservadores es que debe ser considerada como una porción genuina de la historia bíblica. El estilo del texto es similar al de los Sinópticos, especialmente al de Lucas, lo cual explica por qué algunos mss. lo ubican al fin de este Evangelio. Además, el texto está totalmente de acuerdo con la conducta y las enseñanzas de Jesús en otras ocasiones similares. El comentarista Lange dice que “es una reliquia apostólica” y Meyer agrega que “es una escritura de la edad apostólica”. Agustín sugirió que quizá este relato fue omitido de los mss. antiguos para no dar la idea de que Jesús trataba livianamente el adulterio. Por estas razones, aun reconociendo que el pasaje no constituye una parte original de Juan, la RVA sigue la tradición más popular de ubicarlo aquí, pero entre corchetes.

El v. 53 y también los del 8:1, 2 se omiten en casi todos los mss. que omiten la historia de la mujer adúltera. Morris opina que este versículo indica que la historia perteneció originalmente a otra narrativa, pero nadie sabe cuál. Es lamentable que, en la división de capítulos, realizada por el arzobispo Stephen Langton en el siglo XI, y la numeración de los versículos, realizada por Estienne en 1551, este versículo fuera ubicado en el cap. 7. Si este versículo corresponde aquí, se refiere a los miembros del Sanedrín quienes se separaron, desilusionados por el fracaso de su plan y alarmados porque uno de los suyos no estaba de acuerdo con su proceder.

El monte de los Olivos se menciona diez veces en los Sinópticos, pero no se encuentra en otra parte de este Evangelio (ver 18:1). El término gr. que se traduce se fue tampoco se encuentra en Juan, pero es frecuente en los Sinópticos. Jesús tenía la costumbre, estando en Jerusalén, de pasar la noche en Betania en la casa de Lázaro, Marta y María. Los Sinópticos indican que Betania estaba en, o al lado de, el monte de los Olivos (ver Mar_11:11 s.; Luk_21:37 y 22:39).

Etc. etc. etc.
En mi opinión el pasaje no concuerda según la ley, porque aquí solo le trajeron una mujer y faltaba el hombre con quien ella mantuvo relaciones sexuales. Aparte no sabemos qué cosas enseño Jesús específicamente para tentarle de este modo, otra cosa faltaban los dos o tres testigos para la acusación y por último, la mujer debía ser llevada ante el sanedrín; los jueces de Israel; no antes Jesús. Coincido con todos los comentaristas que este pasaje está totalmente fuera de su contexto.



Malak David



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