Lectura de la Biblia
Textual 3ra. Ed.
La Masorah (letra pequeña en los márgenes de los mss. hebreos),
consiste en la concordancia de vocablos y frases destinadas a salvaguardar el
texto sagrado. En determinadas
partes de dichos mss, se halla al margen una advertencia que dice: Esta es una de las dieciocho enmiendas de
los Soferim. En realidad,
como veremos más adelante, las enmiendas hechas al Texto Original son más de
dieciocho, pero se habla de este número como aquellas contenidas en la
lista oficial. Aun cuando no
figuran en ninguna de las listas especiales, las secciones §025, §026, §027 y §028 muestran también
pasajes marcados por la Masorah como
enmendados. Estas enmiendas se llevaron a cabo en una época anterior a la era
cristiana, y no
pueden ser consideradas como variantes textuales, puesto que las respectivas
notas marginales advierten que se trata de enmiendas. La mayor parte de
ellas fueron hechas mediante el cambio de una sola letra, con lo que la
alteración no luce tan grande. Un cuidadoso examen en estos pasajes muestra que el propósito de tales
enmiendas se hizo por un equivocado sentimiento de reverencia, eliminando del
texto ciertos antropomorfismos que se suponían ofensivos a Dios y, por tanto,
no debían ponerse en labios de los
lectores,
mientras que el texto primitivo era conservado en el margen. Sin
embargo, desde la invención de la imprenta, los ejemplares impresos de la
Biblia Hebrea presentan el texto sin las notas masoréticas destinadas a
salvaguardarlo, con lo que el conocimiento de dichas enmiendas se ha perdido
para el lector común. Ahora bien, como quiera que tales enmiendas afectan la
figura antropomórfica, esto es, el atribuir a Dios acciones, pasiones o
cualidades humanas, el editor decidió seguir la lectura del Texto Original,
informando a pie de página.
Malak David ⑭